De las cosas geniales que tiene dar estas clases de dirección teatral, una es tener la oportunidad de releer Hamlet. La fuerza de Shakespeare produce un personaje contradictorio, atormentado, lúcido y trágico. Una radiografía de nuestros miedos, un canto al dolor, un espejo vergonzoso de la naturaleza humana.
La podrida sociedad de Dinamarca huele tan feo en el período isabelino, como apestan nuestras realidades en la Latinoamérica de hoy. La traición, la corrupción, el engaño y el asesinato se transforman en un retrato de un momento histórico desolador, que se me hace profundamente similar al que vemos en nuestras noticias. El poco valor por la vida parece que se perpetuó hasta nuestros días como si fuera una colonia de cucarachas que han sobrevivido inmunes las hecatombes de cientos de años.
Lo interesante es que en esta Caracas del 2010 Hamlet podría perder un poco de su peso trágico ante tantas tragedias cotidianas. No es Hamlet el único que sufre por el engaño, por el irrespeto a la memoria de su padre asesinado. No es sólo él quien siente a su país como una cárcel. No es Hamlet el único que ha perdido a toda su familia en estos días. No es el único condenado a morir. Tal vez deberíamos sumarlo al parte de muertes de cada semana y sonaría menos feo. El Rey Hamlet, Polonio, Ofelia, Gertrudis, Rosencrantz, Guildenstern, Laertes, el Rey y Hamlet. Nueve muertos no suenan tantos al saber que cada fin de semana aquí pueden morir más de sesenta. Y por lo menos en la obra son todos adultos. Duele más cuando son niños. Esto cambia la perspectiva. La muerte aquí tiene otro significado. ¿Cómo es posible leer este clásico como tragedia, cuando vives en una sociedad que ha hecho de la tragedia su cotidianidad?
No lo sé. Espero que las clases me permitan entenderlo.
Por lo pronto no dejo de maravillarme con la belleza que surge dentro de una obra que habla de cosas tan espantosas. ¿Será que estamos condenados como Shakespeare a buscar la belleza en medio de la podredumbre?
Algunas de citas de mi lectura de Hamlet en #HamletQuotes
LA FOTO ES EN LA FAMOSA MORGUE QUE QUEDA EN LA MISMA URBANIZACIÓN DONDE YO VIVO: BELLO MONTE.
Creo que la belleza de que hablas no está en los hechos, sino en la narraciòn de los mismos, cosa muy distinta.
ResponderBorrarPrefiero la belleza de una sencilla margarita.